Bienvenidos ala pagina oficial del Nintai Dojo, queremos dar a conocer algunos temas sobre la bujinkan, nuestra idea principal es demostrar un poco la verdadera esencia del ninjutsu através de diferentes videos de varios Dojos y Shihanes reconocidos entre la bujinkan y por supuesto del soke, como también demostrar esa esencia en nuestro dojo, así que conócenos. TE ESPERAMOS!
En varias secciones podrás observar diferentes videos como documentales y entrevistas, también puedes entrar a nuestro chat en la sección de Nintai Dojo, o puedes dejarnos tus comentarios, o escribirnos a cualquiera de nuestros correos.
La guerra ha sido un elemento sagrado que se ha manifestado en el mundo en todas las culturas tradicionales del mundo: del Sur y del Norte o de Oriente y Occidente. A pesar de que en cada lugar se haya adaptado su entrenamiento físico de diferentes maneras, en sus bases siempre ha llevado una esencia universal que ha hecho de la guerra un sistema para alcanzar una comprensión clara de la vida y la muerte, “donde la vocación guerrera aspire realmente a una altura metafísica, reflejando la plenitud de lo universal”.
Específicamente el Ninjutsu, desde que nació en Japón hasta nuestros días ha sido una forma marcial ancestral que respeta esas raíces tradicionales tanto en su entrenamiento físico o mental como en el entrenamiento espiritual. Gracias a esto se puede decir que “canaliza las fuerzas que, en el campo del espíritu manifiestan las características de pureza, de poderío, de ineluctabilidad, de trascendencia en relación a todo lo que de pathos, pasión y limitación humana, se refleja en las grandes y libres energías de la naturaleza”.
Hablando ahora desde mi experiencia particular, he podido considerar que el Ninjutsu es uno de los pocos “artes marciales” que se han podido conservar hasta el día de hoy dentro de la lógica del antiguo guerrero tradicional universal. Aún está muy presente la antigua formación física y espiritual que se ha transmitido de generación en generación pues el entrenamiento que nos conduce a disciplinar nuestro ser aún propugna por que debemos dejar atrás los miedos y problemas de nuestra vida y comenzar a sentir el mundo desde el espíritu y el sentimiento mismo y no sólo desde el cuerpo o los sentidos. Un primer acercamiento para poder sentir este mundo como lo hicieron los guerreros tradicionales de toda la tierra desde épocas inmemoriales.
Hay que mencionar que este proceso va en contravía con esos preceptos modernos que nos dicen que, para alcanzar algo, tenemos que lograrlo haciendo el mínimo esfuerzo en el menor tiempo posible. En contravía con esto porque en cada entrenamiento se nos enseña que para alcanzar y valorar algo debemos prepararnos a sufrir por ello hasta que poco a poco dominemos el proceso. Porque el sufrimiento ha sido uno de los mayores maestros que hemos tenido y que posiblemente nos puede seguir brindando más enseñanzas si sabemos respetarlo y aceptarlo; porque el objetivo no es encontrar placer en el dolor o el sufrimiento, es poder entender porqué se genera y cómo podemos derrotarlo para poder alcanzar la felicidad o, para otros, la iluminación.
Por esto, para llegar a ello, debemos dejar atrás el marasmo y sosiego y tenemos que escalar la áspera cima del valor, la disciplina y la acción; esta última vista como un modo de vida fundado en el eterno presente que, en otras palabras, implica que destruyamos tanto la presunción por los logros conseguidos en el pasado como también destruir las esperanzas de un futuro incierto compuesto por nuestros deseos o apetencias: poder vivir en el mundo del aquí y ahora; porque si te detienes a pensar mucho no podrás fluir bien ante las situaciones que se te presentan, dando como resultado que te puedes estancar, y como bien sabemos lo que se estanca se pudre o se corrompe.
Por lo tanto no creo que el Ninjutsu sea un “deporte” corriente o una forma de defensa personal para poder herir o sobrevivir en una situación de peligro. Creo que más que poder sobrevivir es poder revivir en tales situaciones de peligro o dolor: cuando todo lo hemos perdido, cuando todo ha salido mal y la vida nos obliga a revalorar lo que tenemos y enfrentar lo que somos y tenemos; cuando la vida nos lleva a morir y volver a nacer más fuertes y serenos que antes. Y por esto no podemos olvidar que para poder revivir, poder vencernos y conocernos a nosotros mismos, debemos seguir el camino de ese antiguo espíritu guerrero “nutriendo nuestra mente, entrenando nuestro cuerpo y perseverando hasta el final” (Nintai).
